Mi historia inicia en el Pacífico mexicano, donde han convergido diferentes civilizaciones. A través de las rutas comerciales llega el mestizaje gastronómico y ahí inicia mi identidad. Tengo la esencia de los mercados asiáticos, de los cuales les caracteriza la frescura y calidad de los productos del campo y del mar. En dicha región, descubrí el arte de la delicadeza, el equilibrio perfecto entre lo dulce, lo salado y lo picante; y en América Latina, el calor de la gente se reflejaba en platos vibrantes, llenos de color y pasión.